Género, en su estructura tradicional, no solo se reproduce de manera explícita, en el lenguaje propiamente tal, sino además también tiene su homologo entrelíneas, no inmediatamente visible e identificable para el ojo o mente del espectador/a. En el mundo de las comunicaciones existe bombardeo de imágenes, siendo nosotros parte una sociedad del espectáculo – tal como dice Guy Debord-, y esto implica, entre otras cosas, que la parrilla programática (como una parte de este lenguaje entrelineas) se devela este lenguaje secundario, y aparentemente sin importancia , pero que claramente comunica señala ítems naturalizados, en términos de género, para lo masculino y lo femenino. En esta ocasión me refiero al nuevo programa de TVN “Dime porque”. Queda claro, solamente considerando el nombre, que claramente hay intención de entregarle respuestas al televidente desde un medio eminentemente frio, siguiendo al teórico de las comunicaciones Marshall Macluhan. Vea aquí a que se refiere esta concepción de medios fríos y calientes. Desde la mirada crítica se pueden abordar varias dimensiones de la temática señalada. Desde esta perspectiva, una de las características que diferencia la televisión como medio masivo en comparación con Internet es su baja participación o interactividad, esto conlleva a que el funcionamiento de esta (la televisión) tenga una historia asociada a la historia del propagandismo de la historia del occidente. Véase este ejemplo. Podría verse la adherencia a estos programas por una característica del Ethos Chilensis. Me explico: Una de las formas que se ha socializado el/la chileno/a, históricamente desde la perspectiva por ejemplo de Luis Viales, José Bengoa, Gabriel Salazar etc, es mediante la estructura del inquilinaje y por tanto, ha mantenido, hoy de manera más sutil, es mediante la proporción (acto de poder) de respuestas a las inquietudes existenciales de/en los sujetos. El mundo estructurado en binarismos, y lo dice constantemente los estudios Queer, son modos facilistas de mirar una complejidad de género que se da en la práctica social. A finales, para los teóricos Queer, el lenguaje oprime y niega la realidad de género.
Esta lógica también es relativo porque se puede, mediante el lenguaje, crear nuevas posibilidades de género o visibilidad de, como dice RW Connell, los proyectos de género. En este caso quiero, Devanir da Silva C, compartir justamente el inicio de un camino, en formato de una columna en un diario, que trata de crear mediante el lenguaje la posibilidad de imaginarse y posteriormente practicar nueva/s masculinidad/es. Vean aqui la primera columna de mi autoria.
En este mismo sentido, Chile esta pasando por momentos interesantes a medida que se está plasmando en la política una forma de realizarla que tiene consecuencias a veces paradójicas, tal como el caso de la regularización de las uniones de hecho, en donde cabe las uniones homosexuales. Vean aqui un ejemplo de cómo se manifiesta la tensión dentro de la propia alianza sobre el tema. Piñera opera en este contexto como un empresario, una masculinidad globalizada, que se gesta en parametros autoritarios pero que se visibiliza como ilustrado (pensado como querer ser progresista y liberal) pero que termina actuando de manera conservadora, por las presiones de su propia facción política.
Entonces los medios por el cual se comunica la cosmovisión de género son distintas, desde los medios masivos, la vida cotidiana, desde la estructura social, subjetividades, política etc. Sin embargo, cada uno revela comunidades imaginadas (concepto de B. Andersen) de género, y en esa diversidad es lo que debería constituirse el referente identitario de los varones. Y ciertamente este debacle, muy bien discutida en este texto de Franciose Graña, es uno de los elementos sobre el cual se debiera pensar una/s nueva/s masculinidad/es...
Buena lectura!!!!
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