México
La imagen de un avión sobrevuela la cabellera larga y grisácea de
Antonio Ramírez mientras sus pies se
acercan a mi expectativa de conversar
con él. Antonio, como le gusta que le digan sus amigas y amigos, recorre los
pasillos del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México y ubica dos
lugares para que la palabra y la memoria viva inicien su propia travesía.
Antonio es psicólogo, músico, maestro en drama terapia, doctor en psicología
clínica y, sobretodo, uno de los referentes en la creación y fomento de grupos
de reflexión con hombres que ejercen violencias en Latinoamérica. Perspectiva
que ha venido articulando a través de la creación y orientación de un modelo de
trabajo vinculado al Centro de Capacitación para Erradicar la Violencia
Intrafamiliar (CECEVIM) en América Latina y Estados Unidos.
¿Cuándo se crea el
modelo CECEVIM y en qué consiste?
El modelo se consolida entre 1992 y 1995 y es una herramienta que tiene
como finalidad erradicar la violencia en los hogares y pretende substituirla
con relaciones íntimas, interacciones opuestas a la violencia.
¿Por qué es
importante el apoyo de las feministas en este tipo de modelos?
El respaldo de las compañeras feministas tanto en Estados Unidos como en
México es fundamental gracias a que ellas tienen una mirada al trabajo que
estamos haciendo. Yo no desarrollo el modelo en el vacío, tengo coincidencias
con Julia Perilla y compañeras de Género
y Desarrollo, Gendes, entre otras. Tengo la suerte de que me han apoyado hasta
ahora, pero en el momento que no me respalden lo dejo; no es discurso, es un trabajo
propio.
En su libro
“Violencia masculina en el hogar, alternativas y soluciones” incorpora las
frases “este libro le va a mover el tapete, así que quiero prepararlo”. ¿Cuál
es la intención de hacer esta advertencia?
Porque a mí se me movió el tapete totalmente. El libro no empezó como
tal sino como aclaraciones de los conceptos que estaba trabajando. Escribí un
par de capítulos y le pedí el favor a una amiga de que lo editara y, después de
hacerle varias entregas, me puso una nota roja que decía ¡Qué bestia, estoy
envuelta por un hombre violento, lo que compartes en este libro es lo que me
está pasando, voy a terminar mi relación!
Por este motivo, escribo esa frase en la introducción. En ese momento
pensé que si este texto fue tan fuerte para ella, entonces también sería muy
confrontante para la persona que lo quiera leer.
¿Cuál es el tema
de su siguiente libro y cuándo lo publicará?
El libro está en desarrollo y es un profundización de cada uno los
conceptos del libro “Violencia masculina en el hogar, alternativas y
soluciones” desde las perspectiva de género. El texto está orientado a
profundizar los porqués subrayando que el espacio social y cultural son modificables
y para mí estos son los fundamentos para hacer un trabajo revolucionario. La
competencia entre hombres es un tema crucial y son los códigos identificados
los que nos advierten si estamos hablando desde la competencia o desde la
cooperación.
¿Por qué es un
trabajo revolucionario?
Se ha considerado a la revolución como algo externo -especialmente los
hombres- pero, para que sea cierta, se debe implementar una educación interna
la cual articula mi actitud conmigo, mi actitud con otra persona o personas y
la relación entre estas. Es un cambio interno el cual se hace por voluntad.
¿Cuántas personas
se han formado en el modelo CECEVIM y en qué países está operando?
El modelo ha sido impartido a mil personas las cuales habitan en países
como Uruguay, Panamá, México y cinco Estados de Estados Unidos: Oregon,
Georgia, Oklahoma, Baltimore y San Francisco.
¿Cuál es la proyección de los grupos de
reflexión con hombres que ejercen violencia?
El proceso que hemos llevado a cabo está dirigido a decirles a los
compañeros que hagan un plan para no ser violentos pero no les hemos dicho cómo
hacerlo; la respuesta es la meditación. Si yo medito 15 minutos al día presto
atención a lo que estoy pensando y puedo desapegar esas ideas de mi intelecto y
dejó de ejercer violencia.
¿Si pudiera
relacionar la música con el trabajo con hombres que ejercen violencia cómo
podría definir esa pieza musical?
Uno de los conceptos que tomo de la música es la armonía y esta es vital
para combinar individualidades con el
fin de crear un propio sonido. Además, como dijo una amiga, las relaciones
tienen que ser éticas y estéticas y, si hacemos algo artístico con una pareja,
esto se traduce en una relación, en armonía.
- ¿Cómo te sientes?,
le pregunto a Antonio mientras contemplo su sonrisa cómplice. Él sabe que este
es un cuestionamiento recurrente cuando se trabajan en grupos de reflexión con
hombres violentos.
-
Muy bien, es rico
recordar estos aspectos de la vida.
Antonio se levanta, camina un poco más rápido que mis pies pequeños y se
percata que miro los muñecos que cuelgan de su mochila.
-
¿Y por qué tienes
esos muñecos? le pregunto mientras intento agarrar uno.
-
Algunos los compro
y otros me los regalan, pero realmente los
tengo porque no quiero olvidar la curiosidad que tienen los niños y las
niñas.
* Comunicador Social y Periodista. Especialista en Infancia, Cultura y
Desarrollo. Educador para la paz y los Derechos Humanos.
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