viernes, 27 de junio de 2014

Paternidad…de la Distancia a lo Colectivo.













Raúl Ortega Mondaca.

Lo único que transforma a un hombre en padre es tener un hijo o una hija, es decir, la existencia de un otro u otra a quien llamamos hijo o hija, es decir, tener un vínculo o relación social con esa otra persona.

Desde esta perspectiva, el tipo de vínculo o relación que tiene un padre con sus hijos o hijas, es lo realmente determina qué tipo de padre es y qué crianza ejerce (o no ejerce), esto más allá de las intenciones o sentimientos que ese padre declare tener. Esta es finalmente, la materialidad de la vida. Más allá de nuestras emociones o intenciones (pero influidos por éstas), lo que nos articula como sujetos sociales reales y padres en este caso, son las relaciones sociales que ejercemos y desarrollamos en el día a día con nuestros hijos e hijas.

Resulta muy decidor entonces, que un grupo de hombres reunidos frente a la convocatoria de un Taller[1], establezca como concepto clave para identificar el vínculo que tuvieron con sus respectivos padres, la palabra “distancia”. Distancia absoluta o ausencia en algunos casos, distancia física en otros, distancia comunicacional o distancia en las expresiones de afecto y confianza. En todos los casos, se planteó un tipo de relación social distante, valorando dicha distancia en términos negativos.

En palabras simples, fuimos criados mayoritariamente por padres distantes o incluso ausentes. Padres que cuando estaban presentes solían estar demasiado ocupados por sus trabajos, que eran parcos a la hora de expresar afectos, más preocupados del control disciplinario que de la generación de confianzas, padres machistas en sus relaciones de pareja, padres a veces violentos con sus hijos, hijas y compañeras. Esos fueron los tipos de vínculos que vivimos como hijos y que constituyen la referencia que tenemos, para bien o para mal, para constituirnos ahora en padres.

Y precisamente frente a esta referencia de paternidad distante, surge una de las primeras claves de la paternidad que ejercemos o queremos desarrollar: la negación de la paternidad que vivimos como hijos, la necesidad imperiosa de construir otra paternidad, una que se ejerza en cercanía, que no se oculte, que se exprese cotidianamente en la crianza, los cuidados, los afectos, la confianza. Una paternidad que se inventa desde el día a día, desde el estar ahí con las hijas e hijos.

Frente a esta nueva paternidad o intento de ella, inmediatamente surgen los miedos. Miedo a reproducir las lógicas vividas, así casi sin darse cuenta. Miedo a que nuestras opciones de vida y de nuestras parejas, nos impidan ejercer la paternidad que queremos. Miedo a que las condiciones económicas y la necesidad de trabajar no nos deje tiempo (ese tiempo tan necesario). Miedo a no saber ser el papá que queremos ser o a sentirnos solos frente a algo tan impresionantemente grande como ser responsable (aunque sea en parte) de la vida y la crianza de otra persona, entre tantos otros miedos…

Afortunadamente, junto con los miedos, surgen los anhelos y posibilidades que esta nueva paternidad quiere explorar: En primero lugar, romper con la idea tradicional de la paternidad como un fenómeno privado e individual, lejos de querer encerrarnos y escondernos en nuestros hogares, preferimos pedir y recibir ayuda, y más que eso, criar en colectivo, incluso más allá de la pareja, con amigos y amigas, con familiares y vecinos/as que quieran generar vínculos comunitarios, que quieran compartir los placeres y las responsabilidades de ayudar nuestros/as niños y niñas a ser felices y apropiarse del mundo.

Esto supone un segundo anhelo muy importante, generar espacios de crianza y educación que no reproduzcan está injusta sociedad, sino más bien que la tensionen y la transformen. Buscamos criar y educar a nuestros hijos e hijas para la libertad o mejor dicho, para la conquista de ella, es decir, para que puedan tomar sus propias decisiones y rumbos, para que se puedan hacer cargo de sí mismos/as, de sus necesidades y problemas, para que rompan el individualismo y sean solidarios/as, autónomas/os y felices. Una crianza que se asume políticamente, es decir, que se piensa desde la realidad que nos tocó vivir pero que se proyecta en la realidad que queremos construir.

Una paternidad que se autogestiona, es decir se inventa así misma y choca con las estructuras y lógicas sociales vigentes, que desafía la tajante división social entre lo considerado masculino y lo considerado femenino, que cuestiona a la escuela como poseedora del monopolio de la educación, que valora las instancias de encuentro y diálogo con otras y otros, que se muestra y ejerce en lugares públicos, que se organiza con otros padres, madres e hijos/as en el barrio o la pobla, que juega a la pelota y las tacitas, que viste de morado, negro y arcoíris, que establece límites, reconoce errores y aprende constantemente de los hijos e hijas.

Esos son algunos de los miedos y anhelos que como padres sentimos y expresamos, seguramente con tropiezos y aciertos, se comienzan a traducir en formas concretas de trato y vínculos con nuestros hijos e hijas. Esa es la paternidad que estamos inventando… 






[1]° Sesión del ciclo de Talleres Palabra de Hombre 2014 sobre Paternidad y Crianza, convocado por el Kolectivo Poroto y desarrollado en dependencias del Liceo Confederación Suiza el sábado 21 de junio de 2014.

jueves, 26 de junio de 2014

Reporte de Taller: "Paternidades y Crianzas" desde la mirada de un varón porteño

Reporte, del verbo reportar. Retribuir, proporcionar, recompensar.


Llegaba tempranito a la capital... en unas horas sería la esperada re-unión... miraba los edificios y las calles, cada vez q voy a Santiago me da la impresión de que ambxs (las calles y los edificios) están un poquitito más grandes que la vez anterior... es como que los objetos de esa ciudad están en constante crecimiento, junto con la ciudad. 


Caminaba por Santiago entusiasmado, mis expectativas se reducían a las simples ganas de juntarme con hombres a compartir en libertad (socialmente hablando), y para eso se necesitaba mirarnos a los ojos, sonreírnos, tratarnos amablemente, con cariño. De este modo, mis expectativas se cumplieron al minuto que entré a la sala, y todo el resto fue un regalo. 


Yo dividiría la jornada en tres partes, aunque se mezclarán a lo largo de toda la mañana. 

La primera parte fue un encuentro, como lo es el encuentro de un grupo de niñxs desconocidxs (desconocidxs entre ellxs) en una plaza, donde se ponen a jugar sin presentarse, ni analizarse, ni cuestionarse. Tomamos globos de colores y jugamos... queríamos hacerlo, nadie se preguntó mucho por qué, pero queríamos hacerlo. Ahí compartimos experiencias espontáneas, risas, conversaciones y alegría. Esa instancia nos presentó como los seres sensibles y frágiles que somos, nos envolvió en un ambiente sin competencia, sin pretensiones... nos posicionó en el anhelado ambiente de libertad, en un espacio amable, pero claramente político. 

La segunda parte fue el compartir nuestras relaciones con nuestros padres. Teníamos historias muy distintas, algunos con padres presentes, otros con padres ausentes, pero un denominador en común: la distancia. La distancia se ha expresado de forma categórica entre nosotros, los varones. Ser muy afectuoso y cariñoso es símbolo de poca hombría y el ser homosexual se considera un insulto desde chiquitito en el liceo... la sociedad nos llena de miedos a cosas que no existen, planteando un estereotipo de macho al cual debiésemos seguir, el que contempla, entre otras cosas, opacar las emociones y mantener distancia entre nosotros mismos. De este modo varios recibieron la caja de herramientas desde muy temprana edad, pues serían los hombres de la casa y deberían cuidar y proteger a sus mujeres (aunque ese cuidar algunas veces no sea mas que reprimir). Así fue como nuestros padres ya habían recibido las cajas de herramientas (que simbólico regalo) de nuestros abuelos, ya habían sido tratados con distancia y ahora era nuestro turno, nuevas generaciones de machos preparados para jamás llorar ni reclamar amor. 

En la tercera parte compartimos nuestras emociones sobre nuestrxs hijxslxs que ya existen, lxs que queremos que vengan y lxs no queremos que vengan. La crianza es un trabajo social y colectivo, lo que además la transforma en una instancia política, pues lo cotidiano es político. 

Conversamos grandes traumas vivenciados, como la escuela y su carácter autoritario, donde cualquier gesto de libertad es reprimido; conversamos sobre la tortura del parto y los tratos inhumanos que reciben nuestras compañeras, madres y hermanas junto a nuestrxs niñxs (donde además somos excluidos). 

Conversamos además sobre la distancia que no queremos tener. No tenemos muy claro como criar a nuestrxs hijxs, pero si sabemos que buscamos que se desenvuelvan en un ambiente donde el amor, la creatividad y las emociones dancen sin interrupciones en sus cabezas y las nuestras. De esta forma necesitamos des-aprender para al mismo tiempo aprender juntxs

Volví a mi región contento, no hay grandes calles, solo las mismas casitas de colores de hace 100 años atrás, que se derrumban y queman una y otra vez, pero que siguen ahí, entre tanto laberinto. Pensé entre la diferencia de ser hombre en Santiago o en Valparaíso... pensé como sería un hombre chilote... pensé en un hombre boliviano, pensé en un hombre negro… pensé en un hombre heterosexual, en uno gay y en uno bisexual. Pensé en un rusiopensé en un indio. Pensé que nos une y que nos distancia. Pensé que las distancias se acortan con sonrisas, con compartir un tecito caliente en la mañana. Pensé que juntxs la vida es mas fácil y me fui bailando pa la casa.



Poncho Con Pancho
Valparaíso
25 de Junio, 2014


martes, 24 de junio de 2014

De la participación en el Foro “El Género como construcción social: 4 perspectivas” Organizado por el/la Colectivx Conciencia Orgásmica de Talca


Todo comienza con un lluviosísimo día en Concepción, navegación hasta el terminal de buses, compra de pasajes hacia Talca, y dormir 2 horas de las 3 horas y media que dura el viaje. Por suerte llevaba un buen libro de compañero. Había preparado e impreso un documento, compartido con el Koleto y al cual Deva agregó importantes fragmentos, pero la verdad fue escrito de forma casi natural, por lo que no tuve la necesidad de “estudiarlo”. El bus demoró media hora más de lo ofertado, por lo que al llegar al terminal ya estaba con media hora de retraso. Me comunico telefónica y encuentro con Sofía, quien estaba esperándome junto a otra compañera, compramos desde ya los pasajes de vuelta y partimos hacia la Universidad Autónoma de Talca, sede del Foro. Yo no conocía Talca, por lo que aproveché de bombardearlas con preguntas respecto a la ciudad y lo que estaba aconteciendo en la misma (muerta-fome-chica-todos se van-no hay mucho son las primeras respuestas; todo funciona con autogestión-nos conocemos con harta gente-estamos motivadas haciendo cosas son las que emergen un poco después).

Llegamos con retraso, la actividad estaba fijada para las 16:30 y eran las 17:30 casi, me presentan con Kary –otra expositora, de la organización de transgéneras de Talca-, y directo al escenario. El auditorio está prácticamente lleno, de 100 butacas deben haber ocupadas unas 80, un público mixto –ligera mayoría femenina-, joven, universitario. Me informan que me toca exponer tercero, después de Kary y ¿Loreto? –publicista con perspectiva de género-, y antes de Macarena –psicóloga, Magíster en estudios de género y cultura y doctora-en-algo-de-alguna-Universidad-europea, lesbiana-. Expone Kary sobre la organización de la que forma parte, dando cuenta de la situación experimentada por las transgéneras en Talca, de la que resalto la siguiente frase por sobre todo “nosotras no nacimos en un cuerpo equivocado, nacimos en una sociedad equivocada”

A ¿Loreto? le falla el pendrive, por lo que me piden a mí que exponga segundo. Como no tenía ningún powerpoint preparado, no tengo ningún problema en hablar al tiro. Mi exposición se basó entonces en mi relato, siempre en primera persona e intentando lo más posible recoger la postura que, como colectivo, entiendo compartimos respecto al género: que este se construye, que nos forma y que nos restringe, pero que no es estático, que se puede cuestionar, deconstruir y transformar, y que la apuesta del Kolectivo Poroto es justamente esa: hombres por otros vínculos, hombres todavía, que reconocemos que pertenecemos a un género, que ese género está presente en nosotros, que sabemos lo tóxico que resulta el Modelo Masculino Hegemónico Patriarcal para nosotros los varones pero aún más para lxs niñxs, viejxs y en especial para las mujeres, y que la apuesta política es por transformarlo. Intento dar cuenta de el doble movimiento del coleto: hacia dentro, como espacio de confianza y construcción de relaciones entre varones distintas, y hacia fuera, como espacio de incidencia política. Cuento un poco del encuentro internacional, de los talleres Palabra de Hombre (olvido los análisis de coyuntura). Relato mi relación particular como integrante del Poroto, y relato también mi propia historia de cuestionamientos, de tropiezos, de avances, de machismos que se mantienen y de sospecha permanente para conmigo mismo. Lo difícil que es para nosotros, y lo extraño que es para otros y otras, el cuestionar un orden que nos coloca –como varones, mayoritariamente heterosexuales- en el sitial de poder social. Lo fácil que es aprovecharse del “dividendo patriarcal”. Manifiesto que no me siento feminista, porque me parece que el feminismo es parte de la historia del movimiento de mujeres y no me parece justo apropiármelo. Manifiesto que a los varones organizados nos falta para conformar un “movimiento” como el que sí existe en el caso de las mujeres, no tenemos la misma historia –aunque nos nutrimos de muchísimos avances y luchas del feminismo-, no tenemos la misma fuerza en términos de cantidad, estamos luchando por recién movilizar el cuestionamiento a un nivel un poco más generalizado. La lucha es día a día y a cada momento, porque el machismo lo tenemos interiorizado y naturalizado

Siento que salió bien porque lxs asistentes se rieron varias veces, me escucharon atentamente, nadie se fue durante lo que hablé, así que espero no haberlos aburrido y se haya entendido el mensaje. Después expone ¿Loreto?, nos muestra una serie de imágenes –publicitarias y propagandísticas- con marcado contenido sexista, en donde se (re)producen las brutales diferencias de género que forman parte de nuestra querida sociedad. Finalmente expone Macarena, cuestionando –desde Judith Butler, pero como nos cuenta ella, desde otrxs autorxs incluso anteriores- el concepto mismo de Género y destacando el carácter performático del mismo. Al final hay una ronda de preguntas. A mí se me pregunta –un hombre- específicamente por la incidencia política del colectivo: la idea es sacar las reflexiones “de adentro” hacia afuera, explico un poco los talleres Palabra de Hombre (partir con el cuerpo, dislocando la relación que coloca a los hombres como seres racionales, por ejemplo), explico ahora sí los análisis de coyuntura, me voy por las ramas y llego a los cuestionamientos que hay de participar, por ejemplo, de la marcha del 8 de marzo como colectivo, y de lo adecuado o no que es “darnos a conocer” en momentos como ese. La siguiente pregunta que se me hace –otro varón- se transforma en un comentario de lo importante que sería trasladar estas luchas también al área de nuestros trabajos, a lo que ¿contesto? que me parece muy bien y que yo trato de hacerlo, y más allá de los trabajos es una lucha que se tiene que dar diariamente, en todo momento y con toda otra persona. Son las 19:30 ya, y tengo bus a las 20:20. Me paro, coloco la parka y el gorro de polar, escucho otra pregunta a Macarena y su posterior respuesta. Interrumpo y me despido, tanto de las organizadoras como de lxs asistentes. Me como un par de galletas con las chicas que afuera están preparando el “cóctel”, me dicen que ojalá se pueda organizar un Palabra de Hombre en Talca porque ellas ven que hay varones interesados “en el cuento”, me van a dejar a la micro y me voy conversando hasta el terminal con una de las asistentes al Foro, que me comenta que le encantó y que no cachaba casi nada de lo que se habló ahí y que ojalá se hicieran más cosas como esas. Llego a las 20:10, pregunto por mi bus, muy amable la vendedora de Tur Bus me informa que éste viene con 1 hora y media de retraso, así que salgo del terminal a caminar un poco por Talca, aprovecho de encender un cigarrillo que me llevé preparado desde Conce, vuelvo al terminal y leo hasta que llega el bendito-maldito bus. Duermo hasta Concepción y despierto a mi padre para que me vaya a buscar –en provincia no tenemos transporte público a la 1 de la mañana-. Llego a mi casa y me acuesto re-contento.

Inti Fuica Rebolledo


Concepción

lunes, 23 de junio de 2014

Notas de un poroto hallado sobre Paternidades y Crianzas.

Hallado, del verbo hallar. Estar presente, encontrase.

Kolectivo Poroto
Ciclo "Palabra de Hombre"
Taller sobre Paternidades y Crianzas

Sábado 21 de Junio, 2014 - Santiago


Sábado por la mañana camino por diez de julio, barrio clásico de venta de repuestos y arreglos de vehículos, lugar de predominio masculino, hoy es el último día de trabajo por estos lares. Voy acercándome ya al aguerrido y combativo liceo A-13 Confederación Suiza, lugar donde en el patio hacen arreglos, hay ruido de taladro y/o sierras eléctricas. Entro al liceo, llego a una sala donde se realiza el taller de este sábado: “Paternidades y Crianzas”, encuentro voluntario entre  hombres, que quieren, que se atreven a reflexionar y a compartir. En círculo, sentados en sillas, nos presentamos y manifestamos nuestro interés por el taller, comienza dinámico con la invitación a tomar del centro un globo, jugar con el objeto,  personalizarlo,  animarlo, a hacerlo de uno, a presentarlo a otro compañero y a conservarlo durante el taller, es este momento en donde entramos en cuerpo y alma jugando: al encuentro. Se nos invita a dividirnos por grupo asociándonos en relación a nuestros globos, color tamaño o carácter dado; se nos invita a compartir en el grupo nuestras vivencias, como hijo.

Hay café, té, galletas, pie de limón, el ambiente es cálido, acogedor, distinto de la calle, del ruido de sierras, de los hombres trabajando, que no paran. Fluye como el agua la conversa  acerca de nuestras vidas como hijos,  es claro, identificamos la presencia con distancia, ese común denominador  nos da la confianza para entregarnos con pasión a mostrar al otro nuestra vivencia,  en una sala donde de lunes a viernes es sólo el profesor el que habla y todos están sentados mirando hacia el pizarrón. Con ayuda de  los globos, lanzándolo, abrazándolo, mirándolo de lejos, diciendo la palabra distancia; así de esa forma decidimos comunicar al otro grupo lo concluido.

Al llegar a donde está el otro grupo me doy cuenta que participan en el dos padres con sus bebes de un año y medio y dos años aproximadamente, el encuentro de hombres toma un tono de ternura, de frescura, de paternidad  practicante, esperanza de nueva generación de ser padre, de ser hijo , los globos siguen siendo un recurso de juego; ahora con  los bebes se torna distinta la conversa, la dinámica cambia, quieren caminar, jugar con el otro interactuar, soltamos los globos,  los compartimos con ellos. En un momento por no interrumpir el círculo, un padre solo con él bebe en un brazo, toma con la otra mano una mesa que está  patas pa´ arriba sobre la otra, la baja y prepara el lugar para la muda, pidiendo permiso mientras la conversa continua. Uno de los bebes con una palita de juguete quiere pegarle a un adulto este le responde “pegándole en modo juego también” todos reímos, nos integramos a ellos, ellos a nosotros.

Se habló con confianza, se declararon miedos y orgullos en la crianza, se relataron vivencias en torno al parto de su propio hijo, se plantearon deseos de educar distinto a lo formal, se manifestaba la opción de paternidad, de diversidad en la manera de abordarlo con pareja o solo.El taller nos dio la oportunidad en un ambiente acogedor, liberar penas y alegrías frente a nuestros pares, de nuestros recuerdos como hijo, de la vivencias como padres y no padres . Se detectaron problemas, se visualizaron soluciones, se generó fe y satisfacción en lo realizado.

Volví por la calle diez de julio más liviano con más esperanza, con la sensación de un nuevo sol.
Lunes 23 de junio de 2014

Toño Ortega Calderón

lunes, 9 de junio de 2014

Taller "Palabra de Hombre" sobre Paternidades y Crianzas

                                                 CICLO 2014 "PALABRA DE HOMBRE" 
                                                    

El Kolectivo Poroto, Hombres por otros vínculos, somos una agrupación de hombres independiente de cualquier institución pública y privada, que nos convocamos desde nuestros intereses y deseos por aportar a la construcción de relaciones de género igualitarias y justas.

Queremos denunciar cómo el patriarcado goza de prestigio en nuestra sociedad, cómo se instala y re-acomoda en nuestras familias, trabajos, escuelas, relaciones de pareja, cuerpos, comunidades, entre otros espacios.

Mediante la reflexión y la acción, vamos construyendo alternativas al orden patriarcal y machista de nuestra sociedad, como resistencia transformadora y colectiva.

En esta ocasión el encuentro es sólo para varones “porque, a partir de las experiencias desplegadas y aprendidas en nuestros vínculos con compañeras feministas, vemos muy necesario contar con espacios de intimidad en que conversar y debatir estos asuntos a través de la homosocialización, cuestión relevante en procesos de concientización”.

Es por esto que les extendemos la invitación a participar y ayudarnos a convocar, recuerde que todas las actividades son exclusivas para varones a excepción la actividad de Acoso sexual que sera abierta, abrazos.
kolectivoporoto@gmail.com
www.kolectivoporoto.blogspot.com